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Nadar en aguas gélidas es pura adrenalina: Elizabeth Hernández

Nadar en aguas gélidas es pura adrenalina: Elizabeth Hernández


Elizabeth Hernández Puga, primera nadadora mexicana en completar el cruce sencillo al Canal de la Mancha (1992), narró su gran experiencia al participar en la tercera edición del Winter Swimming World Cup Argentina 2025, competencia celebrada del 4 al 10 de agosto en El Calafate, Santa Cruz, Patagonia Argentina, donde obtuvo cuatro medallas en cinco pruebas llevadas a cabo en temperatura del agua a cinco grados o menos por encima del punto de congelación.

Única representante mexicana entre 150 nadadores, provenientes de 17 países del mundo, en la justa argentina, avalada por la Internacional Winter Swimming Association (IWSA), Hernández Puga tuvo una gran actuación en la categoría 55-59 años al obtener medalla de plata en las pruebas de 50 y 200 metros libres, 50 metros pecho y final 50 metros pecho (con las 10 mejores de todas la categorías), así como bronce en 100 metros pecho.

Conocida por su muchos amigos, dentro y fuera de la alberca, simplemente como Liza, la nadadora capitalina agregó a su trayectoria la experiencia más congelante de todos sus nados que incluyen dos récord mundiales avalados por Guinness, el de mayor distancia en aguas abiertas con 187 kilómetros, logrado en 23:50 horas, celebrado en el Río Paraná, Argentina, en 1994.

Así como el récord de mayor distancia durante 24 horas continuas en alberca de 25 metros, una distancia de 83.7 kilómetros, llevado a cabo en las instalaciones de la Universidad de Veracruz en 1993.

Agua fría, agua gélida

Acostumbrada a nadar en aguas frías por su anteriores cruces y travesías, Hernández Puga bajó varios grados en el termómetro al incursionar con éxito en una competencia avalada por la Internacional Winter Swimming Association (IWSA).

“Una alberca está a 28 grados la temperatura del agua, en una alberca techada está 30 grados, cuando el agua está fría,como en la UNAM está a 22 grados. En Las Estacas (Morelos) está a 23 grados y se siente fría.

“El Canal de la Mancha es agua más fría, yo empecé nadando a 17 grados y acabé a 14 grados, es muy fría, pero resulta que esta modalidad es Ice Swimming, entonces me invitan a nadar,  son inmersiones,  no es que te metes a nadar una hora, te metes a nadar unos minutos, no es una travesía.

Nadé tres minutos y medio, y me salí volando, congelada, tomándome un té, me puse la parca (abrigo de nadador), con mucho frío, pero eso fue lo que me despertó el decir, ‘esto es parecido a lo que me gustaría hacer’, lo que hacen Argentina, el nadar al lado del glaciar (Perito Moreno, Patagonia).

¿Cómo es la preparación para nadar en esa temperatura?

En todo reto extremo de esta naturaleza, la mentalidad es lo más importante, estar convencido de que se está realizando algo fuera de lo convencional y, por supuesto, el proceso de aclimatación es indispensable, realizar varios nados en temperaturas por abajo de 20 grados.

“Iba una vez a la semana a Zona Esmeralda, una alberca que está a 18 grados, que no es que fuera lo ideal, pero bueno, si yo nado en una alberca normal a 28 grados, bajarle 10 grados me servía muchísimo, sobre todo para decirle al cuerpo, vas a estar incómodo, pero no pasa nada.

El frío no te lo quitas por lo menos en media hora, pero cada día dejaba de ser menos incómodo, aunque nunca fue cómodo, nunca.

“La primera vez que me metí ahí en Argentina, en El Calafate, me metí cuatro minutos, yo dejé de sentir las manos y los pies a la hora que me metí. No había empezado a nadar, y sí fue un shock decir ‘no siento las manos’. Y fue ponerme a nadar, no es para que entres en calor, nunca entras en calor, eso es real,  no entras en calor, simplemente el cuerpo se acostumbra a estar a esa temperatura.

Y lo que pasa es que cuando entras en agua tan fría, lo que hace el cuerpo es que toda la sangre se va hacia el centro para proteger todos los órganos vitales. Es por eso que o sientes agujas en las manos o en los pies, o dejas de sentir las manos y los pies, esa es la razón, pero en realidad, poco a poco el cuerpo se da cuenta que no está en peligro”.

¿En qué momento se vuelve peligroso?

El riesgo de presentar una hipotermia, temperatura corporal peligrosamente baja, inferior a 35° C, es muy real cuando se nada en aguas gélidas.

Es riesgoso cuando dejas de darte cuenta, por eso es importante en estos eventos que vaya una persona familiar o conocido que te conozca y que sepa que sí hay un momento en el que no entras en razón, que a ti no te importa porque sigues nadando.

“Yo sí tuve claro, cuando nadé sobre todo el 500 (metros libres), que fue la prueba más larga que nadé (…) lo nadé pensando mucho en la belleza del lugar, en lo que estaba viviendo en el momento, en disfrutar mucho la prueba, entonces me dije, ‘si en algún momento deja de estar padrísimo lo que estoy haciendo,  en ese momento voy a levantar la mano’”.

Someter el cuerpo a una exigencia de esta naturaleza requiere de una buena preparación físico atlética y mental, pero también de una condición de salud capaz de resistir las bajas temperaturas.

Antes de irme me pidió la Asociación donde me inscribí que mandara un electrocardiograma en reposo, prueba de esfuerzo, espirometría, porque sí necesitan saber que eres una persona que no nada más está preparada físicamente, sino que de verdad tu cuerpo aguanta.

“Tengo 55 años, siempre he nadado,  pero uno nunca sabe. Uno nunca sabe si tienes por ahí un algo que pueda provocarte, que el agua tan fría te desencadene algo.  Lo llevé y perfecto, no tenía ningún problema, porque es un riesgo real”.

¿Modalidad olímpica invernal?

La tercera edición de la competencia en la Patagonia Argentina reunió a 150 nadadores provenientes de 17 país, siendo Hernández Puga la única representante mexicana en esta ocasión, una buena asistencia para una competencia de esta naturaleza que cobra cada año más adeptos, incluso se prevé que en un futuro busque ser parte del programa en unos Juegos Olímpicos de Invierno.

Yo creo que es un movimiento mundial fuerte. De hecho, una de las asociaciones, IWSA, está intentando que se meta a las Olimpiadas de Invierno.  Y de hecho el equipo ruso que fue, bueno, chavos de menos de 30, unos chavos de 1.90 con unos cuerpazos,  nadadores de toda la vida, que se ve que están haciendo presencia en todas las competencias para que cuando sea el deporte de exhibición ellos puedan entrar por parte de Rusia.

¿Dieta a base chocolates?

La alimentación es parte importante de la preparación junto con el renglón físico atlético, mental y aclimatación al frío.

“Estuve yendo con una nutrióloga, Adriana Sandoval,  que me estuvo midiendo la glucosa,  me estuvo viendo cada 15 días. Iba y me medía el músculo, la grasa. No me interesaba subir de grasa, sino de músculo.

Estuve tomando Gerbers a la hora de los entrenamientos.  Me llevé Gerbers desde México para todas mis pruebas. Llevaba de manzana, de pera, de frutas tropicales, deliciosos. Los amé.  Todos los días me tomaba uno en los entrenamientos  y en cada una de las pruebas. Llevé una alimentación balanceada y, llegando al evento, todos los días carbohidrato.

“Yo siempre he sido de la escuela antigua, de la típica cena de carbohidratos, entonces yo cenaba carbohidratos y claro, estaba en Argentina, entonces me echaba una carne bien abundante”.

Una sensación de adrenalina pura

Nadar en aguas gélidas fue una gran experiencia para Hernández Puga, un descarga de adrenalina pura que está dispuesta a repetir.

Sí es una sensación de vitalidad impresionante que me encantó (…). Claro que quiero seguir, pero sí me queda claro que si no consigo patrocinios, no puedo seguir en esto.
Porque no son viajes aquí a Colima, a Chihuahua. Son a la Patagonia, a Europa,  a Polonia, Finlandia, Marruecos. Son viajes que te toman varios días.

“Me encantaría ir a Finlandia, que va a ser a principios de marzo. Estoy viendo que las próximas fechas de esta Copa Mundial de Aguas Abiertas en Temperaturas Gélidas son en Marruecos, Polonia, Finlandia y Suecia, los primeros meses del próximo año”.

“Para ir a esta competencia como siempre tuve el apoyo de Carlos (Urdiales), mi esposo. Él fue mi patrocinador principal, tuve otro patrocinador, PD Travel,  que me pagó el boleto de avión. Claro que quiero seguir, pero sí me queda claro que si no consigo patrocinios, no puedo seguir en esto”.



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